Todo el mundo comienza a prepararte para la llegada de los terrible twos prácticamente desde que tienes a tu bebé en brazos. “Eso no es nada, espera a que cumpla dos años… “. Es una frase que he escuchado tantas veces que ya me estaba imaginando que mi dulce bebé pasaría por una transformación tipo película. Mi primera experiencia sobre los terrible twos es esta: los terribles dos años, no son tan terribles como los describen.
Es cierto que a esta edad las emociones se desatan con mucha fuerza. Los llantos son muy intensos, pero también las risas son más altas y la diversión es una presencia constante. Ahora que oficialmente entramos a los terribles dos años, quiero compartir mis cinco claves de supervivencia.
SALIR A JUGAR AL AIRE LIBRE
Una hora, media hora, quince minutos, ¡lo que se pueda! No hay un juguete que pueda compararse con la emoción de salir a explorar. El espacio al aire libre ofrece texturas, sonidos, colores y olores que son una invitación para los sentidos de los pequeños. Nuestras casas son planas y los estímulos que a veces los niños encuentran en ellas no son los que necesitan: pantallas, luces y objetos que ni siquiera les permitimos tocar. Llévalo afuera y observa cómo se comporta.
HACER DEL SUEÑO UNA PRIORIDAD
Las horas correctas de sueño son fundamentales para el desarrollo de un niño de dos años ¡y también para la tranquilidad de su mamá! Hay una diferencia abismal entre un niño que ha dormido las horas que necesita y un niño con sueño. La falta de sueño puede arruinar hasta el mejor plan para un niño que está tan cansado que no logra disfrutar nada. Obviamente cada niño es diferente, pero la consistencia a la hora de la siesta y una sólida rutina antes de dormir en la noche son un magnífico punto de partida prácticamente para todos.
OPTAR POR ACTIVIDADES SIMPLES
Es sencillo capturar la atención de un niño de dos años. Estas criaturas están descubriendo el mundo y se sorprenden con eventos que a nosotros nos parecen simples. Una de las actividades favoritas de mi hijo de dos años es ir a buscar lagartijas y perseguir mariposas. Otro de sus juegos preferidos: salir a correr por los charcos de agua después de la lluvia. Son actividades sencillas que los divierten y los llenan de satisfacción.
PRESTAR MÁS ATENCIÓN
En algunas ocasiones, el inicio de la pataleta más grande es una razón mínima. Que a un niño de dos años no le de tiempo de agarrar el juguete que quería antes de subir al carseat puede generar un llanto memorable. Lo mismo si estaba concentrado en una actividad y lo cortamos porque necesitamos andar rápido. Pequeñas concesiones o tres minutos extra de tiempo nos pueden ahorrar muchas lágrimas.
ESTAR PREPARADA PARA LO QUE SIGUE
Cuando tienes un toddler en casa, el presente se vive con mucha más tranquilidad si ya has anticipado lo que sigue en la próxima hora. Despertarte antes que tus hijos para recibirlos fresca en la mañana. Tener la comida lista antes de que comience un ataque de hambre. Incluso planificar de antemano lo que harán en la semana. No se trata de ser rígida, sino de no tener que improvisar a última hora. Menos estrés para los niños ¡y menos estrés para mamá!
