Mi niño nunca ha querido comer carne. No me refiero solamente a carne de res… No quiere comer pollo, pavo, pescado, nada que tenga la textura o el sabor de un animal que haya estado vivo. Mi pregunta constante a mí misma como madre es, ¿qué debo hacer?
¿LOS NIÑOS COMEN LO MISMO QUE SUS PADRES?
En la casa seguimos una dieta fundamentalmente vegetariana; sin embargo, cuando llegó el momento de que Tazio comenzara a explorar el mundo de la comida, comencé a preparar diferentes opciones especialmente para él.
Mi objetivo siempre ha sido que esté expuesto a la mayor variedad de alimentos posibles. Así que traté de incluir en su dieta pollo, para empezar. El rechazo de Tazio al pollo fue instantáneo. Traté de añadirlo a los caldos de las sopas que ya le gustaban y dejó de tomar las sopas. Lo mismo sucedió con la carne de res y la de cerdo, apenas las ponía en su boca, las escupía inmediatamente.
Lo más sorprendente es que su paladar estaba abierto prácticamente a cualquier tipo de fruta y de verdura. ¡Todo parecía gustarle excepto los animales! Desde entonces comencé a cuestionarme si el hecho de que nuestro estilo de vida (padre totalmente vegetariano y madre casi vegetariana) de alguna manera determinara las preferencias de Tazio en la alimentación.
LA OPINIÓN DEL PEDIATRA
Entre las preguntas de rutina en los chequeos con el pediatra no faltan las relacionadas a la alimentación. Cada vez que la enfermera me pregunta cuántas raciones de proteína animal mi hijo come al día, me veo obligada a responder que, además de los huevos que sí le gustan, apenas come una a la semana, unas albóndigas de carne compradas ya hechas, la única carne que ha aceptado probar.
Para mi sorpresa, el pediatra nunca se ha mostrado preocupado porque Tazio no quiera comer carne. Al contrario, en su opinión, el hecho de contar con una alimentación variada de granos, verduras y frutas es un punto positivo, pues al parecer son muchos los casos en los que la dieta de los niños se ve limitada a muy pocos alimentos.
¿Su recomendación? Seguir dándole a probar de todo, mantenerlo expuesto a una gran variedad de alimentos y sobre todo, tratar de cocinar la comida en casa.
CONCLUSIÓN
No sé si Tazio algún día cambie sus preferencias con respecto a la comida. Por ahora, creo que de alguna manera él percibe que pollo, vaca y pez son sus amigos, los mismos que ve en la televisión y en las historias de sus libros de cuentos.
Yo voy a seguir ofreciéndole la mayor variedad de alimentos que pueda, pero creo que la imagen de mi hijo comiendo mango y aguacate en la cocina, va a seguir siendo una de mis memorias favoritas de por vida.
¿Cuál es tu historia con la alimentación de tus hijos? ¿Te ha pasado algo similar?