En septiembre de 2020 volví a ser mamá. Esta vez me estrené como mamá de una niña y antes de su llegada mi felicidad, mis planes y mi ilusión eran gigantes anticipando el nacimiento de mi bebé Clara Alessia.
Como lo hice con Lorenzo, empecé a planificar y organizar mis ideas para su llegada, soñando cómo sería nuestro primer día juntas, cómo planificaría mis proyectos ahora con dos hijos y hasta cómo sería mi plan de amamantar exclusivamente por primera vez. Con Lorenzo, mi hijo mayor, me tocó amamantar y suplementar desde el día que nació.
Pero cuando nació Clara, nuevamente recordé que la maternidad nos enseña a ser flexibles y hasta humildes, a bajar la cabeza, a pedir ayuda, a rectificar, a dar la razón a otros y pues también a abogar por nosotras mismas y por nuestros bebés.
Y eso es normal y está bien!! No pasa nada si tenemos que hacer cambios en nuestros planes, ajustar detalles o hasta tomar rumbos totalmente distintos. La belleza de la maternidad es que es una aventura y no todo será siempre como lo planeamos.
Este embarazo fue más relajado que el primero, estaba más tranquila y como ya tenía cierta experiencia, entonces me preparé un poco más en temas que me costaron con mi primer hijo: la lactancia exclusiva fue uno de esos temas. Un asunto que se ve color de rosa, con escarcha y unicornios, pero en realidad también es una montaña rusa con altos y bajos.
Desde afuera, cuando ves a una mamá amamantando, todo se ve simple, práctico y sin ninguna clase de complejidad. Todos te hacen ver eso. Pero lo primero que tengo que decir es que amamantar exclusivamente es un trabajo a tiempo completo y es agotador. Sí, también es bello y hay una conexión inexplicable, pero también hay momentos de angustias e inseguridades y sientes que vas a tirar la toalla.
Por eso te quiero decir que si estás pasando por este camino o si planeas hacerlo, busca tu tribu: amigas, tu pediatra, una experta en lactancia para que tengas con quién hablar, a quién preguntarle y hasta con quién quejarte cuando sientas que no puedas más. Y pregunta, pregunta mucho. No te dé verguenza saber más del tema.
Busca blogs y cuentas de Instagram sobre lactancia que te ayuden a sentir que hay comunidad, donde puedas leer más del tema y hasta donde puedas hacer preguntas. Este tipo de herramientas me ha ayudado mucho cuando tengo dudas y quiero aclarar de forma rápida o hasta me ayudan a reiterar que lo estoy haciendo bien.
Actualmente en el mercado existen bastantes suplementos que pueden ayudarte a incrementar tu producción de leche como tés, vitaminas o hasta lactation cookies (puedes hacer versiones con menos calorías y super ricas).
Y por último, lo más importante que siempre tienes que tener en cuenta es que alimentar a tu bebé es lo que importa y es lo que los hará sanos y felices a ambos. Así que no te sientas mal si en tu camino te toca suplementar, como a mí, o si definitivamente te das cuenta que la lactancia no es para ti y que la fórmula te ayuda más. Al final solo tú sabes qué es lo mejor!
Tu puedes con esto y con más, mami.